Etiquetado de la carne
El etiquetado en productos cárnicos está regulado por leyes específicas que aseguran que el consumidor reciba información veraz y completa. Cumplir con estos requisitos es obligatorio para cualquier operador del sector cárnico.
La etiqueta debe reflejar tanto el origen como las características del producto, garantizando trazabilidad y seguridad.
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Etiquetado de la carne: marcos normativos clave
Reglamento UE 1169/2011
Esta normativa europea establece las reglas sobre la información alimentaria que debe facilitarse al consumidor. Afecta directamente al etiquetado de alimentos, incluida la carne.
Obliga a informar sobre alérgenos, valores nutricionales, denominación del alimento y condiciones de conservación.
Normativa española y nacional (MAPA, BOE)
En España, el Ministerio de Agricultura y el BOE complementan esta regulación con normativas específicas sobre carne fresca, despieces y productos cárnicos elaborados.
Estas normas detallan los requisitos de trazabilidad, menciones obligatorias y formatos aceptados para cada tipo de producto.
Información obligatoria en la etiqueta
La etiqueta de cualquier producto cárnico debe incluir una serie de datos que aseguren su trazabilidad, composición y condiciones de conservación. Esta información no es opcional: es exigida por ley y debe estar claramente visible en el envase.
Identificación y trazabilidad
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Código o número de referencia: cada lote de carne debe tener un identificador único. Este código permite rastrear el producto desde el animal hasta el punto de venta. Es clave para localizar rápidamente cualquier incidencia en la cadena alimentaria.
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Origen: país de nacimiento, cría, sacrificio y despiece: debe especificarse claramente dónde nació el animal, dónde fue criado, en qué país se sacrificó y en qué lugar se realizó el despiece. El consumidor tiene derecho a saber el recorrido completo del producto que está comprando.
Datos operacionales y del producto
Denominación del alimento
Debe figurar el nombre exacto del producto, por ejemplo: "carne picada de vacuno" o "chuletón de ternera". No se pueden usar nombres genéricos que puedan inducir a error.
Ingredientes y alérgenos
En productos procesados o preparados, hay que listar todos los ingredientes. Los alérgenos deben destacarse claramente, por ejemplo, en negrita. Esto permite a las personas con intolerancias o alergias comprar con seguridad.
Cantidad neta, fecha de caducidad o duración mínima
La etiqueta debe mostrar el peso exacto del producto y su fecha de consumo preferente o caducidad. Estos datos garantizan que el consumidor sepa cuánto compra y hasta cuándo puede consumirlo.
Condiciones de conservación o uso
Si el producto necesita refrigeración o tiene instrucciones específicas de almacenamiento, estas deben indicarse. También deben figurar recomendaciones de cocción si aplican.
Fabricante / operador y su dirección
Debe constar el nombre del operador responsable del alimento y su dirección. Esto facilita el contacto en caso de reclamaciones o consultas.
Información nutricional
Declaración obligatoria según reglamento europeo
Para productos elaborados, es obligatorio mostrar valores como calorías, grasas, proteínas, azúcares, sal, etc. Esta tabla debe ser clara y estar ubicada en una zona visible del envase.
Etiquetado nutricional frontal y voluntario
Además de la información obligatoria, el etiquetado de la carne puede incluir elementos voluntarios que ayudan a comunicar mejor el valor del producto. Estos elementos no son exigidos por ley, pero sí deben ser veraces, verificables y no inducir a error.
Nutri-Score y otras etiquetas voluntarias
El Nutri-Score es un sistema de etiquetado frontal que clasifica los alimentos del más saludable (letra A, color verde) al menos saludable (letra E, color rojo). Aunque en España su uso es voluntario, muchas marcas lo incluyen para mostrar la calidad nutricional del producto. Este sistema no aplica igual en todos los productos cárnicos y puede ser poco representativo en carnes frescas.
Menciones facultativas
“Sin antibióticos”, “sin hormonas”, raza, denominación de origen, maduración
Estas menciones son opcionales, pero deben estar respaldadas por certificados o documentación. Por ejemplo, si se indica que la carne es de raza Angus o tiene maduración de 30 días, el operador debe poder justificarlo con pruebas verificables. También se usan menciones como “carne 100% nacional” o certificaciones de bienestar animal, que, aunque voluntarias, aportan valor al producto y confianza al cliente.
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Trazabilidad y sistemas de control
La trazabilidad permite seguir el recorrido completo del producto, desde la granja hasta el consumidor. Es una garantía de seguridad alimentaria y un requisito legal para todos los operadores del sector cárnico.
Registros y marcajes
Marcas auriculares, registros REGA, RIIA y REMO
Cada animal debe estar identificado mediante una marca auricular con un código único. Esta identificación se asocia a registros oficiales como el REGA (Registro General de Explotaciones Ganaderas), el RIIA (Registro de Identificación Individual Animal) y el REMO (Registro de Movimientos). Estos registros permiten comprobar el historial completo del animal, incluyendo movimientos, ubicación y controles sanitarios.
Flujo desde origen hasta venta
Seguimiento del animal a producto final
Desde el nacimiento del animal hasta que la carne llega al punto de venta, debe mantenerse un registro continuo de cada etapa: cría, transporte, sacrificio, despiece, envasado y distribución. Este seguimiento es clave en caso de retiradas de producto o alertas sanitarias. Además, garantiza al comprador final que la carne proviene de un sistema controlado y conforme a la normativa vigente.
Etiquetado de carnes manipuladas o elaboradas
Cuando la carne se presenta cortada, envasada o transformada, el etiquetado debe adaptarse al tipo de manipulación. Cada formato tiene exigencias específicas que buscan proteger al consumidor y ofrecer la máxima transparencia.
Carne fresca (piezas sin manipular)
Información mínima y origen
En piezas frescas que no han sido cortadas ni mezcladas, como un solomillo entero o una paletilla, la etiqueta debe incluir la especie, el tipo de corte y el origen del animal (país de nacimiento, cría y sacrificio). Es obligatorio indicar si la carne ha sido congelada y posteriormente descongelada.
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Cortes manipulados y bandejas en libre servicio
Peso, código de barras, ingredientes, alérgenos
Para bandejas de carne picada, filetes o trozos preparados en el punto de venta, deben indicarse el peso exacto, el código del producto, la fecha de envasado y la de caducidad.
Si se añade cualquier sustancia (como marinados o conservantes), deben declararse como ingredientes y resaltar posibles alérgenos.
Productos cárnicos elaborados (hamburguesas, salchichas…)
Listado completo de ingredientes y alérgenos
En estos casos, la carne ya ha sido mezclada con otros componentes, por lo que se exige un listado completo de ingredientes en orden decreciente.
También deben indicarse aditivos, potenciadores de sabor, almidones, féculas y cualquier otro ingrediente no cárnico. La presencia de alérgenos debe destacarse claramente, cumpliendo con el reglamento europeo.
Sitios oficiales y guías
Los operadores pueden consultar directamente los contenidos publicados por el Ministerio de Agricultura, el BOE o la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.
Estas fuentes ofrecen criterios claros y actualizados sobre qué debe figurar en la etiqueta y cómo presentarlo.
También existen documentos técnicos elaborados por asociaciones del sector, como ANICE, que explican de forma práctica la aplicación de la normativa.