Por qué la carne no se puede congelar dos veces
Congelar y descongelar la carne repetidamente puede afectar tanto su calidad como su seguridad alimentaria. Este proceso cambia la estructura de la carne, comprometiendo su textura y sabor, y puede favorecer el desarrollo de bacterias perjudiciales.
Por qué la carne no se puede congelar dos veces
Cuando la carne se congela, el agua que contiene forma cristales de hielo. Estos cristales rompen las fibras de la carne, lo que afecta su textura. Al descongelarla, parte de ese agua se pierde, llevándose también nutrientes esenciales y jugosidad. Si se recongela, el proceso se repite, degradando aún más la calidad del producto.
Recongelar la carne no solo la hace menos atractiva al paladar, sino que también afecta su valor nutricional.
La carne puede volverse seca, fibrosa y menos sabrosa, perdiendo parte de las proteínas y minerales presentes en sus jugos naturales.
Riesgos para la salud asociados con la congelación repetida
El mayor riesgo es el crecimiento de bacterias. Durante el proceso de descongelado, especialmente si no se realiza correctamente, la carne pasa tiempo a temperaturas donde las bacterias proliferan rápidamente (entre 4 °C y 60 °C).
Congelarla de nuevo sin cocinarla puede retener esas bacterias, aumentando las posibilidades de intoxicación alimentaria al consumirla después.
¿Qué ocurre con la carne durante el proceso de congelación?
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Cambios en la textura y sabor de la carne
La congelación altera la textura de la carne porque rompe las fibras musculares. Durante este proceso, el agua que contiene se convierte en cristales de hielo, los cuales pueden dañar la estructura interna.
Como resultado, la carne descongelada puede volverse más blanda, seca o fibrosa, especialmente si se recongela, ya que el daño se acumula.
En cuanto al sabor, la pérdida de jugos naturales afecta el perfil gustativo, haciendo que la carne pierda parte de su riqueza y frescura. Esto es especialmente evidente en cortes tiernos o de alta calidad.
Desarrollo de cristales de hielo y su efecto en la estructura
Cuando la carne se congela lentamente, como suele ocurrir en congeladores domésticos, se forman cristales de hielo grandes que perforan las fibras de la carne.
Al descongelarse, estos cristales se derriten y liberan agua, lo que provoca una pérdida significativa de jugosidad. Si la carne se recongela, el proceso vuelve a repetirse, dañando aún más su estructura y textura.
Pérdida de nutrientes y jugosidad
La congelación y descongelación repetida provoca una pérdida progresiva de nutrientes. Durante el descongelado, los líquidos que se desprenden contienen vitaminas hidrosolubles, minerales y proteínas, reduciendo el valor nutritivo de la carne.
Además, la falta de jugosidad afecta directamente su calidad al cocinarla, resultando en un plato menos sabroso y menos nutritivo.
Riesgos sanitarios de congelar la carne dos veces
Crecimiento de bacterias durante el descongelado
El mayor riesgo al recongelar carne es la proliferación de bacterias. Durante el proceso de descongelado, especialmente si la carne se expone a temperaturas superiores a 4 °C, las bacterias que estaban inactivas debido a la congelación pueden comenzar a multiplicarse rápidamente.
Esto es especialmente problemático si la carne pasa mucho tiempo a temperatura ambiente o si no se cocina antes de recongelarla.
Contaminación cruzada al manipular la carne
La manipulación de la carne descongelada puede generar contaminación cruzada. Esto ocurre si los jugos que desprende entran en contacto con superficies, utensilios u otros alimentos.
Al recongelar la carne sin haber cocinado previamente, existe el riesgo de que los microorganismos presentes en esos jugos se conserven y contaminen nuevamente cuando la carne sea descongelada por segunda vez.
Condiciones que favorecen la proliferación de microorganismos
La zona de peligro para la proliferación de bacterias se encuentra entre 4 °C y 60 °C. Durante el descongelado, la carne puede estar expuesta a esta franja de temperatura durante varias horas, especialmente si se deja a temperatura ambiente.
Las bacterias como Salmonella o E. coli pueden multiplicarse rápidamente, aumentando el riesgo de intoxicación alimentaria al consumir la carne posteriormente.