Cómo preparar el carpaccio perfecto
El carpaccio es una preparación de ternera cruda laminada muy fina, servida fría y aliñada con lo justo para realzar su sabor. La técnica manda: carne fresca y tierna, corte impecable, manipulación rápida y limpia. No se cocina con calor, así que la acidez y el aceite deben equilibrar sin “marinar” en exceso.
Vas a aprender el paso a paso para lograr textura sedosa, brillo y un aliño redondo en minutos. El método se resume en tres ideas:
-
Corte adecuado: solomillo o lomo limpio y sin nervios.
-
Frío controlado: semicongelar para poder laminar sin deshacer la fibra
-
Aliño mínimo y preciso: limón + AOVE + sal fina + pimienta que suman sin tapar.
Carpaccio de ternera (receta original)
Receta base: carne muy fresca, corte finísimo y aliño mínimo. Funciona mejor con solomillo o lomo tiernos; trabaja siempre con higiene y frío.
Limpieza y porcionado de la pieza
Elimina nervios, telillas y grasa dura para lograr láminas limpias y tiernas.
-
Corta un cilindro de 200–300 g (diámetro uniforme).
-
Seca bien con papel y envuelve muy apretado en film para dar forma.
-
Refrigera 30 min para que asiente la forma antes del frío intenso.
Semicongelado para corte fino: tiempo y temperatura
Busca firmeza superficial sin llegar a congelar el centro.
-
Congelador doméstico: 35–60 min con la pieza envuelta.
-
Objetivo: centro frío (0–2 °C) y exterior firme que permita laminar.
-
Si te pasas y queda dura, pásala 5–10 min a la nevera antes de cortar.
Corte en láminas y aplanado entre films
Corta con cuchillo largo y muy afilado en pasadas largas, sin serrar.
-
Ángulo de 20–30° y lonchas de 1–2 mm.
-
Coloca cada loncha entre dos films y aplana con maza/rodillo con toques suaves hasta casi transparente.
-
Retira el film superior justo antes de emplatar para que no se pegue.
Aliño para carpaccio de ternera (proporciones y orden)
Proporción clásica: 3 partes de AOVE + 1 parte de zumo de limón, emulsionados.
-
Añade unas gotas de agua helada para aligerar (opcional).
-
Aliña justo antes de servir: primero la emulsión, luego pimienta negra y sal fina al final para no “sudar” la carne.
-
No dejes “marinar”: más de 5 minutos apaga color y textura.
Extras clásicos: parmesano, rúcula, alcaparras, pimienta
Menos es más: los toppings acompañan, no tapan.
-
Parmigiano Reggiano en lascas finas.
-
Rúcula pequeña, seca y en puñado ligero.
-
Alcaparras bien escurridas (o caparrones fritos 30 s para crujir).
-
Pimienta negra recién molida y chorro mínimo de AOVE para brillo.
Temperatura de servicio y reposo
La carne debe estar fría pero no helada: busca 6–8 °C para textura sedosa. Enfría los platos 10 min en la nevera. Tras aliñar, deja reposar 1–2 min para que el aceite se asiente y el limón perfume sin “cocinar”.
Claves para láminas ultrafinas y regulares
El frío controlado y el filo perfecto son el 80% del éxito. Trabaja con pieza semicongelada, cuchillo largo y afilado, y aplana siempre entre films para homogeneizar el grosor.
Mantén el plato frío y mueve la carne lo mínimo para que no pierda forma ni temperatura.
Técnica con cuchillo: ángulo, presión y longitud de corte
Corta con pasadas largas, sin serrar, y con un ángulo bajo (20–30°). Apoya la hoja casi paralela a la carne y desliza desde el talón hasta la punta.
-
Mano guía: sujeta la pieza envuelta en film para no calentarla.
-
Presión: ligera y constante, deja que el filo haga el trabajo.
-
Grosor objetivo: 1–2 mm; si vibra la hoja, vuelve a enfriar 5 min.
-
Aplanado: lámina entre dos films y golpes suaves de maza/rodillo hasta casi transparente.
-
Si la loncha se desgarra, estás presionando de más o la carne está demasiado blanda.
¿Qué echarle al carpaccio? combinaciones que funcionan
Los toppings deben acompañar sin tapar: piensa en acidez, salinidad, crujiente y umami en dosis pequeñas. Trabaja siempre con ingredientes secos, añade al final y reparte en capa fina.
Cítricos y hierbas: limón, ralladura, albahaca, cebollino
La acidez debe levantar sin “cocinar” la carne, y las hierbas aportar frescor limpio. Usa 2–3 cucharaditas de zumo por plato y un toque de ralladura, nunca charcos.
-
Limón + ralladura fina + perejil picado.
-
Limón + albahaca en chiffonade + AOVE suave.
-
Lima (unas gotas) + cebollino + pimienta negra.
-
Mezcla de hierbas (albahaca, perejil, eneldo) muy picadas.
Salinos y crujientes: alcaparras, pepinillo, frutos secos
El punto salino realza el sabor, y el crujiente aporta contraste sin agredir. Escurre y seca bien para no aguar el aliño.
-
Alcaparras fritas 30 s (crujientes) + parmesano.
-
Pepinillo muy picado + perejil + hilo de AOVE.
-
Avellana o pistacho tostado picado + ralladura de limón.
-
Pangrattato (miga tostada con AOVE) espolvoreado muy fino.
Toques umami: parmesano, trufa, anchoa (microtopping)
Un toque umami redondea el plato, pero en poca cantidad para no dominar.
-
Lascas finas de Parmigiano Reggiano.
-
Láminas de champiñón crudo + aceite trufado suave (muy pocas gotas).
-
Anchoa muy picada (¼–½ filete por plato) o una gota de colatura.
-
Parmesano rallado fino + pimienta negra recién molida.
Dulces controlados: pera, higo, reducción de balsámico (cuándo usarlos)
El dulce solo compensa acidez o amargor; si el aliño ya está equilibrado, evita añadirlo.
-
Pera conferencia en lámina muy fina + rúcula.
-
Higo fresco en cuartos muy pequeños en temporada.
-
Reducción de balsámico: 4–6 gotas repartidas, no más.
-
Pizca de miel en el aliño si el limón quedó agresivo (½ cucharadita).
Variaciones del aliño y del estilo
Elige un estilo y mantén la dosis corta: el aliño debe realzar, no tapar. Trabaja siempre con platos fríos y añade el aliño justo antes de servir.
Clásico veneciano: limón + AOVE + parmesano
Base limpia y equilibrada para destacar la carne.
-
Proporción: 3 partes de AOVE + 1 de limón, batidas 20–30 s (opcional 1 cdita de agua helada).
-
Cantidad por plato: 1,5–2 cdas de emulsión + 8–12 g de parmesano en lascas.
-
Orden: aliño → pimienta → sal fina al final → parmesano → hilo mínimo de AOVE.
-
Tip: si notas exceso de acidez, corrige con unas gotas más de AOVE, no con más queso.
Trufado ligero con setas laminadas
La trufa es un acento, no el protagonista.
-
Aliño base: AOVE suave + 2–3 gotas de aceite de trufa o láminas finas (1–2 g) de trufa fresca.
-
Setas: champiñón o portobello muy fino, apenas pincelado con AOVE; limón solo en gotas.
-
Cantidad por plato: 1 cda de AOVE + trufa, 8–10 láminas de seta, pizca de sal y pimienta.
-
Tip: si usas aceite trufado, no combines con balsámico; apaga el perfume.
Mostaza y miel suave (emulsión)
Aporta cuerpo y brillo sin “cocinar” la carne si la usas con medida.
-
Proporción: 3 AOVE : 1 ácido (limón o vinagre blanco) + 1 cdita mostaza antigua + ½ cdita miel.
-
Emulsiona 30 s; si queda densa, afina con 1 cdita de agua fría.
-
Cantidad por plato: 1–1,5 cdas; acompaña con rúcula y parmesano en lascas.
-
Tip: si resulta dulce, sube la mostaza (¼ cdita extra) en lugar de añadir más ácido.
Aceite de albahaca y piñones tostados
Verde, aromático y muy ligero si dosificas bien.
-
Aceite verde rápido: blanquea albahaca 10 s, hiela, seca y tritura con AOVE (1:1); cuela fino.
-
Cantidad por plato: 1–2 cdtas de aceite de albahaca en hilo + 1 cda de piñones tostados picados.
-
Final: pizca de sal, ralladura de limón y pimienta.
-
Tip: si el verde se oxida, añade una pizca de sal y unas gotas de zumo al triturar para fijar color.