10 platos típicos de Madrid
La cocina madrileña combina tradición, sencillez y sabor. Sus platos nacen del recetario popular, de las tabernas y de los hogares, donde durante siglos se han cocinado guisos contundentes, frituras doradas y postres caseros.
Los sabores más castizos: 10 platos típicos de Madrid con receta incluida
Desde el cocido madrileño hasta el clásico bocadillo de calamares, Madrid ofrece una gastronomía que mezcla raíces castellanas con influencias de toda España. Cada plato tiene su historia y un toque inconfundible, ideal para quienes quieren descubrir el auténtico sabor castizo.
1. Cocido madrileño

El cocido madrileño es el plato más representativo de la capital, una receta de cuchara que se sirve en tres vuelcos: primero la sopa, luego los garbanzos con verduras y, por último, las carnes. Es una comida completa y reconfortante, perfecta para los días fríos.
El secreto del cocido madrileño está en la cocción lenta y en usar ingredientes de calidad, que den un caldo sabroso y claro.
2. Callos a la madrileña

Los callos a la madrileña son uno de los guisos más emblemáticos de la capital, con un sabor intenso y una textura melosa. Se preparan con tripas de vaca y embutidos, cocinados lentamente en una salsa espesa con pimentón y guindilla.
La clave de unos buenos callos es la cocción lenta y el equilibrio entre el picante y el sabor del embutido.
3. Bocadillo de calamares

El bocadillo de calamares es el símbolo del tapeo madrileño. Sencillo, rápido y delicioso, se prepara con calamares rebozados y pan fresco, sin necesidad de añadir más que un poco de limón o mayonesa al gusto. Es el rey indiscutible de las terrazas de la Plaza Mayor.
El secreto está en usar aceite bien caliente y no sobrecargar la sartén, para que queden crujientes y sin grasa.
4. Gallina en pepitoria

La gallina en pepitoria es un guiso tradicional madrileño con raíces en la cocina castellana. Se caracteriza por su salsa espesa y dorada, elaborada con almendras, yema de huevo y vino blanco. Es un plato de sabor suave pero profundo, perfecto para mojar pan.
El toque de almendra y huevo es lo que da a la pepitoria su textura cremosa y ese color dorado tan característico.
5. Soldaditos de Pavía

Los soldaditos de Pavía son una de las tapas más populares de Madrid. Consisten en tiras de bacalao rebozado y frito, servidas tradicionalmente con tiras de pimiento rojo. Su nombre alude al color amarillo del rebozado, similar al uniforme de los soldados del regimiento de Pavía.
El secreto de los soldaditos de Pavía está en usar bacalao bien seco y una masa fría, para que el rebozado quede esponjoso y ligero.
6. Oreja a la plancha con salsa brava o alioli

La oreja a la plancha es una tapa clásica de las tabernas madrileñas. Se prepara con oreja de cerdo cocida y troceada, que se saltea hasta quedar dorada y crujiente. Se sirve caliente, acompañada de salsa brava o alioli, y suele comerse con palillo o tenedor pequeño.
El secreto está en conseguir contraste: interior tierno y superficie tostada, con un toque picante o cremoso según la salsa elegida.
7. Sopa de ajo o sopa castellana

La sopa de ajo, también conocida como sopa castellana, es un plato humilde y reconfortante que forma parte del recetario tradicional madrileño. Se elabora con ingredientes sencillos como pan duro, ajo y pimentón, y se sirve muy caliente. Es ideal para los días fríos o como primer plato de cuchara.
El secreto de esta sopa está en el pan: debe absorber el caldo sin deshacerse del todo, creando una textura espesa y sabrosa.
8. Caracoles a la madrileña

Los caracoles a la madrileña son un guiso clásico de bar, sabroso y con un punto picante. Se cocinan lentamente en una salsa de tomate y vino, junto con embutidos y especias. Es una receta de sabor intenso que combina lo tradicional con el tapeo castizo.
El truco está en dejar que la salsa se reduzca y espese, concentrando el sabor del chorizo, el vino y el tomate.
9. Huevos estrellados o huevos rotos con jamón

Los huevos estrellados (también conocidos como huevos rotos) son una de las tapas más famosas de Madrid. Se sirven sobre una base de patatas fritas y se acompañan con jamón serrano, chorizo o incluso gulas. El secreto está en romper los huevos justo antes de comerlos para mezclar la yema con las patatas.
El equilibrio entre patata crujiente, yema líquida y jamón salado es lo que convierte este plato en un clásico irresistible.
10. Rosquillas tontas y listas (postre tradicional)

Las rosquillas tontas y listas son el dulce más típico de las fiestas de San Isidro en Madrid. Ambas comparten la misma masa, pero se diferencian en el acabado: las tontas van al horno sin glasear y las listas se cubren con un baño de azúcar y limón. Su sabor recuerda a la repostería casera de toda la vida.
Las tontas quedan más ligeras y crujientes; las listas, dulces y brillantes, perfectas para acompañar el café o la sobremesa.