Cómo hacer una paella de carne
La paella de carne es una de las variantes más populares de este plato tradicional. Su éxito está en combinar carnes tiernas con un buen sofrito y un arroz cocinado en su punto.
Conociendo las proporciones, los ingredientes clave y los tiempos de cocción, es posible lograr un resultado lleno de sabor en casa.
Cómo hacer una paella de carne paso a paso
La tradición de la paella de carne y sus variantes
La paella de carne tiene su origen en las zonas de interior, donde se sustituía el marisco por carnes disponibles localmente. Las versiones más habituales incluyen pollo, conejo, cerdo o combinaciones de varias carnes.
También existen variantes con verduras de temporada o con un toque de legumbres, adaptadas a los ingredientes de cada región. Aunque la técnica base es la misma, las proporciones y condimentos pueden variar para lograr matices distintos en sabor y textura.
Ingredientes para una paella de carne
Tipos de carne más usados
Paella de carne de cerdo
El cerdo aporta sabor intenso y jugosidad. Las piezas más usadas son costillas, magro o panceta, cortadas en trozos pequeños para que se cocinen de forma uniforme.
Paella de carne y pollo
Es una de las combinaciones más comunes. El pollo, especialmente el muslo y el contramuslo, mantiene la carne tierna durante la cocción y aporta un sabor suave que se integra bien con las especias.
Paella de carne y verduras
Ideal para equilibrar el plato y hacerlo más ligero. Se puede usar carne magra combinada con pimiento, judía verde, alcachofa o calabacín, añadiendo color y textura al arroz.
Condimentos y especias para realzar el sabor
La base aromática incluye pimentón dulce, azafrán o colorante alimentario, laurel y romero fresco. El azafrán aporta el color y aroma característico, mientras que el pimentón potencia el sabor del sofrito. Un toque de pimienta negra molida al final ayuda a redondear el conjunto.
Preparación previa de la carne y el sofrito
Cómo cortar y sellar la carne para paella
Corta la carne en piezas pequeñas y de tamaño uniforme para que se cocinen de forma pareja. Sellar la carne a fuego medio-alto ayuda a concentrar los jugos y mejorar el sabor del arroz. Hazlo directamente en la paella con un poco de aceite de oliva, retirándola después para continuar con el sofrito.
Sofrito base: verduras, ajo y tomate
En el mismo aceite donde se doró la carne, sofríe cebolla, pimiento y ajo bien picados. Añade tomate triturado y cocina hasta que pierda el agua y quede una base espesa y concentrada. Este paso es clave para aportar profundidad de sabor al arroz.
Incorporación de especias y caldos
Cuando el sofrito esté listo, agrega el pimentón dulce y el azafrán, removiendo rápidamente para evitar que se quemen. Añade el caldo caliente —preferiblemente de pollo o carne— para que absorba los aromas desde el inicio. Después reincorpora la carne para que se integre en el conjunto antes de añadir el arroz.
Cocción del arroz en la paella
Proporción exacta de arroz y caldo
La medida más utilizada es una parte de arroz por tres partes de caldo. Esta proporción asegura que el grano absorba el líquido justo para quedar en su punto sin pasarse de cocción.
Tiempos de cocción y control del fuego
Cocina a fuego fuerte durante los primeros 8-10 minutos para que el arroz absorba sabor y color, y luego reduce a fuego medio-bajo hasta completar unos 18-20 minutos en total. Evita remover el arroz para que no libere exceso de almidón.
Cómo lograr un arroz suelto y en su punto
El secreto está en mantener la proporción de líquido y evitar mover el arroz durante la cocción. Si ves que se seca antes de tiempo, añade un poco más de caldo caliente por los lados, sin verterlo encima del arroz.
Consejos para conseguir el socarrat perfecto
En los últimos 2-3 minutos, sube ligeramente el fuego para que el arroz del fondo se caramelice. El socarrat debe ser crujiente y dorado, nunca quemado, y se reconoce por el aroma tostado que desprende justo antes de apagar el fuego.
Reposo antes de servir
Una vez apagado el fuego, deja reposar la paella entre 5 y 8 minutos tapada con un paño limpio. Este reposo permite que el arroz termine de asentarse y que los sabores se integren mejor.